6 de noviembre de 2010

SE PUBLICA EL LIBRO "SEVILLA EN EL FALLA"

El diario digital http://www.sevillaactualidad.com/ publica un libro sobre la presencia de Sevilla en el Carnaval de Cádiz. Este libro titulado "Sevilla en el Falla - 34 años de agrupaciones de Sevilla en el Carnaval de Cádiz", esta editado por la Asociación Deguadaíra. En este libro se podrá disfrutar de la historia de las agrupaciones carnavalescas de Sevilla que han pasado por el Carnaval de Cádiz desde 1970.

Este libro ha sido elaborado por Raúl Delgado García, un técnico de telecomunicaciones con 33 años, que ha colaborado en la organización de múltiples certámenes de Carnaval en Sevilla y tiene relación con numerosas personas del mundo del Carnaval Sevillano. Con esta obra se transforma en el primer autor en estudiar la historia del Carnaval de Sevilla.

Todos los martes se podrá disfrutar de un capítulo de este libro en http://www.sevillaactualidad.com/ según informa carnavaleando.com. En el Punteao, hoy nos quedamos con el prólogo realizado por una persona muy vinculada con Sanlúcar y su carnaval de la que fue pregonero este pasado año...Antonio Pedro Serrano "El Canijo"

Para más de uno hablar de Cádiz es lo mismo que hablar del amor. Del amor no correspondido, del amor correspondido, del amor silenciado, del amor proclamado, del amor prohibido, del amor lejano. Para mí es así. Y para muchos de los que aparecen en este libro estoy seguro que también lo es.

Cádiz es la novia y Sevilla es la madre. Carmona probablemente debe ser mi tía. Cádiz nos da la pasión, Sevilla es el amor irrenunciable y Carmona es la hermana de mi madre, hermana mayor porque tiene 5 milenios plenos de categoría. Un beso pa la tita. Por cierto, un hijo de Carmona, el maestro Buiza, creó una de las más preciosas tallas de la Semana Santa gaditana.

No existe amor más sublime que el amor a contracorriente, el amor furtivo y perseguido, ese amor prohibido que no comprenden los demás. Algunos de mis hermanos (hijos de mi madre) no me entienden. Es normal, no están enamorados de ella, ni la conocen. Raúl, el autor de este libro, sí la conoce. Raúl también comparte conmigo ese amor, que supera a los complejos provincianos, tanto a los propios y como a los ajenos. Es un amor que aunque al principio no fuera correspondido, era tan sólido y tan inevitable que no se desmoronó sino que perduró huérfano de besos y abrazos. Los besos que me has dado Cádiz me han hecho llorar.

Cómo se demuestra en este libro, Sevilla es una asidua y fecunda participante en estos avatares. Lo es y lo ha sido. Prueba de ello es que algunos de los que han pisado el Falla ya no están con nosotros, y algunos de los que lo están pisando aun no habían nacido cuando lo pisaban aquellos que se fueron. Montón de gente, la mayoría con buena voluntad y ganas de divertirse que miraba ilusionada la posibilidad de hacer disfrutar a los gaditanos en el templo del arte y la gracia, y también de la vanidad.

Idealizando al Falla con Cádiz la mar de veces, portando ese falso prejuicio de que “allí no nos quieren” o “el Falla es ná más pa ellos”. Primero quiérela tú. Sé honesto con ella y contigo mismo.

El Carnaval de Cádiz seguramente no es lo mejor de Cádiz. En el Falla se quedan sólo los esnobistas foráneos. El Falla es la puerta de entrada para un Universo posterior, el Universo de lo Gaditano. No se puede venir a Cádiz sólo a pisar el Falla, una vez al año. Hay que ser gilipollas. En Cádiz hay que hacer muchas cosas. Hay que probar la perola de Paco Leal, y hablar con él. Hay que hincar los codos en los hules del Achuri. Hay que probar la sopa de tomate de Baro (gracias Sr. Burgos). Había que haber ido al Maestrito (ya no). Hay que ir a un ensayo de una infantil (una junior no que parece que estoy pidiendo una hamburguesa chunga en el Mac Donalds).

Había que haber ido al Barril. Había que haber probado las empanadillas de la Catedral. O ese pedazo de canutillo, mal pensados, de postre del Faro. Hay que aparcar detrás del parque Genovés. Hay que comerle la boca a una tía por la noche en la Victoria. Había que probar las bolas de ensaladilla de Las Palomas. Hay que ir a la Librería de la Calle Ancha. Había que ligar puretas a la altura de Isecotel, o por lo menos intentarlo. Hay que ir a la tienda de Barrié de películas de videos de carnaval de calle. Hay que ir a ver al Cádiz a la liguilla.

Había que fijarse en las tetas de la muñeca esa que había en la entrada de la Avenida. Hay que comprarse una revistilla en el New Sensations. Había que buscar gusanas de canutillo en la calle Plocia. Hay que ir al local de Mariajo al final de la calle la Palma. En Cádiz hay que hacer de todo, hasta el amor. Me falta tirarme del Puente Canal y tirarme a Esther Arroyo, lo primero me da miedo y lo segundo más todavía.

Gracias a todos los que menciona este libro por vuestras noches de ensayo, vuestros cabreos, vuestra ilusión, vuestra humildad, vuestra voluntad, vuestro mensaje, vuestras ganas, y sobre todo, por demostrar como somos los sevillanos cuando nos enamoramos.

No al Peaje.
Antonio Serrano “El Canijo”

1 comentario:

  1. La verdad es que son muy interesante los artículos. Y todo muy bien documentado

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