30 de noviembre de 2009

LA CALLE DERCAI...

Rebuscando entre periodicos antiguos, que guardo como recuerdos de aficionado a la fiesta de Febrero,he encontardo un articulo que hizo Pepe Monforte para la Voz de Cádiz sobre las callejeras.Así que con tu permiso "DERCAI" me gustaria dedicartelo a tí y a todos/as los/as seguidores/as de tu calle , y así de camino ilustramos la "tapita" que nos has dejado...
"Las noches más mágicas del Carnaval se dan con las callejeras. Lo más habitual es que sea allá por las calles de La Viña, pero esta noche y gracias a la iniciativa de La Voz también se escucharán en otro lugar que sin duda alguna tiene duende, el barrio del Pópulo.La verdad es que este Carnaval, intimo, fresco, desvergonzado, inteligente, tiene muy poco que ver con el que conocemos la mayoría. Es un Carnaval de pequeños grupos que se forman en torno a unos tíos disfrazaos que en una esquina elegida a pelú deciden cantar una copla. Nadie sabe porqué pero en cuanto los tíos se paran se ven rodeados de gente con ganas de escuchá. Suena el pito y aunque a 10 metros Tere la de la Tartana oferte sus hamburguesas con singular fuerza de altavoz, se hace el silencio. Y aunque los intérpretes tengan la voz más rancia que una paletilla de a euro el kilo, todo se escucha perfectamente y hasta ante la malaje más grande, aunque cantara el cuplé el ministro de Justicia, que es más fino que un dry martini, todo el mundo se ríe.Muero con una callejera porque son el símbolo del Carnaval de Cádiz, el estilo trapajoso llevado hasta sus últimas consecuencias pero con ese toque de ingenio que solo es capaz de dar el salitre que se te pega todos los veranos de bañarte en la playa y que se queda ahí, escondío, por muchos emjabonaos que tú te dé.Muchas veces da igual que el cuplé tenga gracia. Tú te ríes al final, porque llevas tres vasos de manzanilla encima, porque el caldo del puchero que te has tomao en una barra cualquiera tenía un puntito de hierbabuena o, simplemente, porque estás en agrabable compañía. A mi me da iguá, en definitiva.Dicen que una manzanilla no sabe igual en una bodega, acabaíta de sacar de la bota, que en tu casa, por muy fresquita que esté. Pues con un cuplé pasa igual, cuando está en su jugo, en una bocacalle de la Viña, en las escaleras de Correos o en una de esas intrincadas calles del Pópulo, no es igual que escucharlo en un compandí o en la frialdad de un escenario.Ayer aluciné con el reportaje de las callejeras de Vicente González cuando comprobé que ya había unos tíos que habían sido capaces de montar «los caricaturistas de Mahoma» con un estribillo donde nombraban al máximo profeta del Corán y al máximo profeta de Barbate, la mojama.Las callejeras no se sabe muy bien que son: Si chirigota reducida, si cuarteto alargado, una comparsa en esencia, un coro sin bandurrias. Son eso, cinco tíos o cinco tías con ganas de cachondeo y con eso basta.Los caricaturistas eran cinco. No les veo ni caja, ni bombo, tan sólo de uno cuelga una tabla pero que lo mismo puede ser para llevar el ritmo que para cortar el pan de los bocadillos, que es una ventaja que tiene la tabla sobre el bombo, que resulta muy incómodo para los bocatas.¿Y cómo se viste uno de caricaturista danés? Porque claro Dinamarca, lo que se dice gracia chirigotera, pues no se le conoce. Creo que tienen muy buen chocolate, pero ya está. Lo que es gracia se ha visto que más bien que no. Hacen un chiste y fijaté la que se ha liado.Pues el tipo lo aliñaron con una facilidad increíble. Cójase un pantalón, que lo mismo sirva para salir en la chirigota que para ir el domingo a tomar una cervecita al Paseo Marítimo y compleméntese con una camisita de a cuadrito. Para darle el toque fresquito, porque lo que es la Europa del Norte es tan fría como un congelador de Procosur, se pusieron una rebequitas más bien gorditas, pero sin mangas para que así parecieran más intelectuales, como si dibujaran pa la calle.Y ya en lo que es cabeza vienen los golpes chirigoteros. Se pusieron unas pelucas rubias y uno de ellos, el más intelectual, se colocó una boina a lo Tulus Lotrec (me he tirao este pegote para que se note que estudié Historia del Arte).El toque de Cádiz es la corbata que es una escenificación de que los caricaturistas, ante la reacción de los exaltados, tienen los huevos de corbata, expresión que, más o menos, quiere decir que estás cagadito hasta las trancas. Entonces ellos, en lo que es el cuello llevan colgados lo que son dos frutos de gallina hembra pegados a una elegante pajarita.Yo creo que más que ver a esos cinco tíos con esa pinta, y los dos coloretes en los mofletes, ya te hace gracia y por muy mal que canten y por muy malas que sean las letras, que no es el caso, tú te ries.Por eso esta noche no se queden en casa a ver el furbo, que es muy aburrido. Pónganse la pelliza, bajense al Pópulo y amoscuchá...se lo dice una madre italiana."






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