Hoy se nos fue una voz, una voz, que a los que siempre fuímos de provincia, siempre nos llegó, para llevarnos con todo lujo de detalles , un concurso ,del que en aquel tiempo solo podiamos disfrutar por el transistor,con permiso de aquellas interferencias que tantas veces nos hicieron salir al balcón para escuchar el final de algun pasodoble. Esa voz que se apago tantas veces bajo nuestra almohada,hoy se apagó para siempre... Pepe Benitez DEP...Para los que componemos este rincón del carnaval sanluqueño, su voz siempre pemanecerá viva, por ello, que mejor forma de recordarlo, que viendolo con los ojos, con los que, allá por el mes de Marzo de 2006, lo veía en este articulo, su amigo...Pepe Monforte...
"Me van a perdonar si el repello de hoy me sale un poco apasodoblado. Reconozco que hoy la repellada la tendría que escribir Quiñones o Antonio Martín o Miguel Villanueva porque seguro que cualquiera de ellos lo escribiría en sus justos términos y yo me temo que me voy a ir de la parte del corazón y cuando uno se va de ahí...peligro.
No sé si ustedes saben quien es Pepe Benítez. Los ya maduritos no tendrán ninguna duda, pero quizás los más jóvenes no sepan muy bien quien este hombre de nombre tan complicado, más propio de haber nacido en Checoslovaquia que en Cádiz.
Pepe Benítez ya superó la sesentena y dejó la radio hace unos años. Ahora está ingresado en un hospital de Córdoba donde ha sido sometido a un transplante de pulmón para sustituirle esa pieza que el puñetero se reventó porque ha sido siempre un gran cabezota y el cigarro no lo dejaba nada más que cuando tenía que hacer los anuncios de HiperCádiz y poco más.
Yo fui chiquitito, aunque ustedes no se lo crean no llevo toda la vida ahí puesto, que parece que siempre estoy asomado al balcón como si fuera una de esas criticonas de los barrios que ya han desaparecido sustituidas por el Aquí Hay Tomate, que es lo mismo pero con una pantalla de plasma.
Pues de chiquitito yo era de esos niños que cuando iban de paseo se llevaban la radio puesta para escuchar los partíos del Cádiz narrados por Juan Manuel Pedreño. Yo sé que Agustín Rascón, mi compañero de Punto Radio, me va a perdonar por confesar este amor, pero siempre he sido de la Ser y, si me apuran, de Radio Cádi.
Escuché goles del Cádiz por el Parque Genovés, cuando funcionaban las fuentes, por La Alameda con barcos de fondo y en Las Palomas en la modalidad de radio en la oreja y dos bolas de ensaladilla en el plato. Ahí estaba lo más incómodo, pero uno se sacrificaba. Pero que bien sentaba una tapa de merluza rebozá después de un gol de Villalba a centro de Mané.
Entre partío y partío del Cádiz había un señor que, la verdad, no era la voz habitual de la radio, pero que no se porqué, cuando hablaba, parecía, por su cercanía y forma de hablar, que estaba sentado en tu hombro. Si ya sé, Pepe, que exagero, que eres muy bajito, pero que no es pa tanto.
Ese señor bajito cuando pasaban los Reyes me servía a mi de fondo a mis impresionantes partidos de furbo con tapones en los que siempre el Cádiz lograba una abultada victoria. En enero comenzaba el Gran Carnaval y el programa extraordinario de las tardes sobre la fiesta. Entonces Radio Cádiz tenía un tridente carnavalesco en el que jugaban Pepe Benítez por la izquierda, Juan Manuel Pedreño por la derecha y por el centro, una señora con voz de abrazo que se llama Carmen Coya.
Pepe Benítez lo mismo te aparecía en una peña contándote no se que festival, que en el ensayo de la comparsa de Antonio Busto, que te traía al contralto de la comparsa de Aurelio del Real. Yo no sé como ese hombre era capaz de estar en tantos sitios y siempre estaba loco por conocer que coche tenía porque tendría que correr un taco.
Luego las cosas que te pasan. Un día, en que me dieron el tremendo premio de permitirme hacer radio y en Radio Cádi, tuve la suerte de conocer al hombre bajito que te hablaba como si estuviera puesto en el hombro. Bueno la verdad es que ya lo conocía porque que acto de Cádiz no era presentado por Pepe Benítez, que se había convertido ya como en un ingrediente más de la berza de la peña Nuestra Andalucía o en animador perpetuo de la erizada. Hasta el concurso del Falla era presentado por Pepe Benítez y no se yo si tú mirabas detrás de los leones de Correos y te salía también Pepe Benítez, con barba incluida.
El hombre que corría mucho, que hablaba de Carnaval y que fumaba a todas horas me dio un día un micrófono y me mandó a un ensayo de la chirigota de Juan Poce. No sé, desde ese momento, cuantas cosas aprendí de el, de su capacidad para hacer radio, de su habilidad para mantener siempre a la gente interesada y por su simpatía para que siempre en el estudio hubiera alguien esperándolo para contarle alguna cosa. Era casi como un médico al que la gente venía a ver para que le solucionara sus problemas carnavalescos...Pepe lo que deberías haber puesto era una consulta.
Yo no sé cuantificar cuanto ha hecho Pepe Benítez por el Carnaval de Cádiz. Si sé que ha sido el tío que más carnavaleros ha entrevistado en su vida y el que ha defendido muchas causas de este mundillo que, por entonces, cuando el trabajaba en esto, era algo marginal, que interesaba a muy pocos y cuando jamás alguien del mundo de la fiesta podría soñar con ocupar páginas de periódicos.
Sin embargo Pepe, se marchó al final por la puerta pequeña, sin hacer mucho ruido y sin los aplausos que merece por eso me ha hecho mucha ilusión que los hosteleros de la provincia y, en particular Antonio de María, otro obrero de Cádiz, se hayan acordado de el y lo distigan por su labor.
Y ya que estamos, y como ya tengo el corazón salío, me van a permitir que le mande un besito a él y otro para Eva, su mujer. Eah, ya he acabao. "
No sé si ustedes saben quien es Pepe Benítez. Los ya maduritos no tendrán ninguna duda, pero quizás los más jóvenes no sepan muy bien quien este hombre de nombre tan complicado, más propio de haber nacido en Checoslovaquia que en Cádiz.
Pepe Benítez ya superó la sesentena y dejó la radio hace unos años. Ahora está ingresado en un hospital de Córdoba donde ha sido sometido a un transplante de pulmón para sustituirle esa pieza que el puñetero se reventó porque ha sido siempre un gran cabezota y el cigarro no lo dejaba nada más que cuando tenía que hacer los anuncios de HiperCádiz y poco más.
Yo fui chiquitito, aunque ustedes no se lo crean no llevo toda la vida ahí puesto, que parece que siempre estoy asomado al balcón como si fuera una de esas criticonas de los barrios que ya han desaparecido sustituidas por el Aquí Hay Tomate, que es lo mismo pero con una pantalla de plasma.
Pues de chiquitito yo era de esos niños que cuando iban de paseo se llevaban la radio puesta para escuchar los partíos del Cádiz narrados por Juan Manuel Pedreño. Yo sé que Agustín Rascón, mi compañero de Punto Radio, me va a perdonar por confesar este amor, pero siempre he sido de la Ser y, si me apuran, de Radio Cádi.
Escuché goles del Cádiz por el Parque Genovés, cuando funcionaban las fuentes, por La Alameda con barcos de fondo y en Las Palomas en la modalidad de radio en la oreja y dos bolas de ensaladilla en el plato. Ahí estaba lo más incómodo, pero uno se sacrificaba. Pero que bien sentaba una tapa de merluza rebozá después de un gol de Villalba a centro de Mané.
Entre partío y partío del Cádiz había un señor que, la verdad, no era la voz habitual de la radio, pero que no se porqué, cuando hablaba, parecía, por su cercanía y forma de hablar, que estaba sentado en tu hombro. Si ya sé, Pepe, que exagero, que eres muy bajito, pero que no es pa tanto.
Ese señor bajito cuando pasaban los Reyes me servía a mi de fondo a mis impresionantes partidos de furbo con tapones en los que siempre el Cádiz lograba una abultada victoria. En enero comenzaba el Gran Carnaval y el programa extraordinario de las tardes sobre la fiesta. Entonces Radio Cádiz tenía un tridente carnavalesco en el que jugaban Pepe Benítez por la izquierda, Juan Manuel Pedreño por la derecha y por el centro, una señora con voz de abrazo que se llama Carmen Coya.
Pepe Benítez lo mismo te aparecía en una peña contándote no se que festival, que en el ensayo de la comparsa de Antonio Busto, que te traía al contralto de la comparsa de Aurelio del Real. Yo no sé como ese hombre era capaz de estar en tantos sitios y siempre estaba loco por conocer que coche tenía porque tendría que correr un taco.
Luego las cosas que te pasan. Un día, en que me dieron el tremendo premio de permitirme hacer radio y en Radio Cádi, tuve la suerte de conocer al hombre bajito que te hablaba como si estuviera puesto en el hombro. Bueno la verdad es que ya lo conocía porque que acto de Cádiz no era presentado por Pepe Benítez, que se había convertido ya como en un ingrediente más de la berza de la peña Nuestra Andalucía o en animador perpetuo de la erizada. Hasta el concurso del Falla era presentado por Pepe Benítez y no se yo si tú mirabas detrás de los leones de Correos y te salía también Pepe Benítez, con barba incluida.
El hombre que corría mucho, que hablaba de Carnaval y que fumaba a todas horas me dio un día un micrófono y me mandó a un ensayo de la chirigota de Juan Poce. No sé, desde ese momento, cuantas cosas aprendí de el, de su capacidad para hacer radio, de su habilidad para mantener siempre a la gente interesada y por su simpatía para que siempre en el estudio hubiera alguien esperándolo para contarle alguna cosa. Era casi como un médico al que la gente venía a ver para que le solucionara sus problemas carnavalescos...Pepe lo que deberías haber puesto era una consulta.
Yo no sé cuantificar cuanto ha hecho Pepe Benítez por el Carnaval de Cádiz. Si sé que ha sido el tío que más carnavaleros ha entrevistado en su vida y el que ha defendido muchas causas de este mundillo que, por entonces, cuando el trabajaba en esto, era algo marginal, que interesaba a muy pocos y cuando jamás alguien del mundo de la fiesta podría soñar con ocupar páginas de periódicos.
Sin embargo Pepe, se marchó al final por la puerta pequeña, sin hacer mucho ruido y sin los aplausos que merece por eso me ha hecho mucha ilusión que los hosteleros de la provincia y, en particular Antonio de María, otro obrero de Cádiz, se hayan acordado de el y lo distigan por su labor.
Y ya que estamos, y como ya tengo el corazón salío, me van a permitir que le mande un besito a él y otro para Eva, su mujer. Eah, ya he acabao. "
No hay comentarios:
Publicar un comentario